León Buil

15/04/2009 - LOS VICEPRESIDENTES


 


Se cumple una semana desde que Rodríguez Zapatero materializó la crisis de su gobierno y ya ha habido tiempo para hacer una profunda disección de los méritos y deméritos de los ministros y ministras, de sus vidas y sus logros y también de sus carencias, que hay que suponer que las tienen. Como un vendaval repentino, los medios hostiles a los socialistas y sus oponentes políticos, que por razón de las circunstancias son todos los que componen el universo partidista, se han volcado en denigrar a los elegidos y a dar una interpretación global de los cambios como una transposición de las máximas jerarquías del partido al gobierno. Y esto es cierto, pero el análisis resulta un tantoburdo.

En primer lugar hay que resaltar que el presidente del gobierno ha dejado caer a ministros o ministras que comportaban una carga negativa para la opinión pública, al margen de su eficacia real. Es el caso de Magdalena Álvarez que, aparte de sus errores nunca reconocidos, dio impulso a veces caprichoso a las infraestructuras aunque el mérito hay que atribuirlo a su buen equipo. O el de Mercedes Cabrera, que no acertó a negociar las reformas introducidas en la educación, incluidas las transformaciones del plan Bolonia; o los ceses de Molina, por algunas decisiones muy cuestionadas, y el de Soria, en cuya figura seguía predominando el aspecto científico. Quizá los relevos se han quedadocortos.

Los nombramientos han implicado un mayor peso de los mecanismos de acción política sobre los estrictamente técnicos, y de la capacidad de gestión sobre los de creación o proyecto. Todos los entrantes excepto la ministra de Cultura han demostrado en otras responsabilidades, a veces de gran complejidad, su capacidad para afrontar y resolver problemas. Y en una situación de la gravedad que entraña la crisis económica y social que nos afecta se hacía necesario abordarla con pragmatismo y decisión, obviando obstáculos formales como pueden ser el cumplimiento de límites en las cuentas públicas o en el endeudamiento del Estado. Los propios datos del ministerio de Economía nos revelan la contracción en la licitación pública o la paralización de medidas de estímulo a la industria. José Blanco relanzará la actividad de Fomento como Trinidad Jiménez lo hará con la Política Social y el gabinete seguirá pivotando sobre otras dos figuras esenciales: Pérez Rubalcaba y ElenaEspinosa

Pese a todo no va a ser sencillo enderezar todos los medios y acciones a paliar la crisis económica y su principal consecuencia, el desempleo creciente. De aquí que cobre una importancia singular la articulación de tres vicepresidencias que encabezan tres valores probados, sobre los que parece impertinente insistir. Lo que cobra importancia es que se pretende organizar toda la acción política concentrando algunas de las más importantes funciones en unos superministerios que son los que van a tutelar en cierto sentido la actividad del conjunto del gobierno, para lo que se les ha dotado de un plus de autoridad.

No quiere decir que con esto se haya asegurado el éxito, pero la reorganización de poderes y competencias van en la buena dirección. Ahora faltará que la situación internacional ayude; que los poderes financieros internos y los agentes económicos y sociales internos, colaboren. Una situación excepcional como la presente, no es problema que solo atañe al gobierno, aunque tenga la máxima responsabilidad.