21/12/2006 - UNA ENTREVISTA ¿INUTIL?
En el tortuoso proceso de paz del conflicto vasco han irrumpido en los últimos días dos acontecimientos estrechamente vinculados que, sin embargo, parecen corresponder a supuestos diferentes y hasta, en cierto sentido, antagónicos. Por una parte fue la información o filtración de Patxi López sobre el frustrado encuentro de los negociadores gubernamentales y etarras durante el pasado verano, contestada con el peor de los estilos por el secretario de organización socialista José Blanco; por otra, la certeza de que ya se han producido contactos para avanzar en las negociaciones reafirmando el abandono de la lucha armada y excluyendo la discusión de las bases políticas, y que en Febrer
o se producirá otro encuentro entre los negociadores de una y otra parte.
En este nuevo escenario están presentes dos elementos perturbadores que pueden entorpecer la problemática marcha del asunto, aparte de la omnipresente campaña contra cualquier iniciativa del gobierno desde los sectores mediáticos obcecados por su fobia contra todo lo que huela a socialista. El primer elemento perjudicial reside en la actitud terca y poco inteligente de los dirigentes de batasuna por rechazar su legalización "ex lege", tratando de bordear la ley como si tuvieran un derecho de asociación concedido por derecho divino y sin ningún condicionamiento. Prisioneros de las facciones más fanáticas de la coalición y con el miedo a represalias de los sectores etarras contrarios al abandono de la lucha armada, se limitan a acusar al gobierno de la ofensiva judicial y de la persecución que dicen sufrir, lo que hace dudar de las reales convicciones democráticas de los sedicentes defensores de los derechos del pueblo vasco a decidir democráticamente su futuro.
El segundo elemento es más difuso y reside en el área de decisión del gobierno que, por la razón que fuere, ha derivado los contactos exploratorios y adyacentes a personas del mundo socialista vasco dando la sensación de no dirigir realmente la operación. Para más desconcierto, la descoordinación evidente en la entrevista de Rodríguez Zapatero con Rajoy fijada para mañana añadida a la filtración no menos innegable de la reunión preliminar ha echado sobre los hombros de Perez Rubalcaba dificultades añadidas, por si no tenía bastantes, aunque cabe confiar en que sabrá sortearlas.
Con las cosas así, la entrevista de mañana deparará pocas sorpresas, si es que hay alguna. Rajoy volverá a decir que no sabe para qué le ha llamado el Presidente del Gobierno, que el partido popular únicamente respaldará el acuerdo de disolución definitiva de ETA, y que no puede apoyar la negociación política con los terroristas ni la autodeterminación del país vasco ni la inclusión de Navarra como precios políticos. Y aunque desde el Gobierno se desmientan tales acusaciones, y aunque pudieran ser apoyados los desmentidos con una fórmula matemática, sería totalmente inútil, porque nunca el partido popular se apeará de un planteamiento que ha volcado en su balanza electoral los fervores nacionalistas españoles y las aversiones a los nacionalismos periféricos: un buen rédito que permanecerá aunque triunfe el proceso, y que aumentará si fracasa.
Ya puede ir Rodríguez Zapatero buscando otros aliados, porque ni los batasunos en su cortedad de miras ni los populares anclados en su estrategia electoral, van a facilitar el proceso. Sería maravilloso que mañana los hechos desmintieran esta previsión pesimista en cuanto al partido popular, pero es demasiado improbable que a España le cayera tan tranquilizadora loteria.
León Buil Giral