León Buil

18/02/2011 - SUMA DE REVESES ¿QUË HACER?

Las próximas elecciones municipales y autonómicas han movilizado a los dirigentes de los partidos políticos que empiezan a ilustrar a los ciudadanos con nuevos proyectos atractivos y viejos proyectos resucitados o revalidados, aparte de las promesas de mejorar como un todo la gestión de la cosa pública, bien sean quienes aspiran a renovar sus mandatos al frente las instituciones o quienes ven como probable alcanzar el poder y desplazar a los contrarios. No se trata de programas electorales propiamente dichos, sino de ideas y apuntes que se considera que pueden ser atractivos, dirigidos especialmente al electorado indeciso. Con el panel de fondo de las encuestas recientes, se aprecian, de una parte, la magnificación de la acción política realizada, y de otra, el menosprecio o la negación de las actuaciones que se atribuyen quienes han ostentado en los últimos años el poder en las instituciones. Evidentemente, ninguna de las dos partes tiene toda la razón, pero ambas realizan una labor necesaria en una democracia.
En nuestra provincia, pequeña y dispersa, el discurso político tiene dos planos bien diferenciados, el municipal y el autonómico, aunque la frecuente coincidencia ideológica del partido socialista en ambos niveles genera o puede producir recíprocamente una transmisión de argumentos electorales. Y por supuesto, las valoraciones sobre el gobierno central y también respecto a los partidos de la oposición, también tienen influencia en el criterio de los electores en las próximas elecciones.
Todo este preámbulo viene a cuento de la situación de nuestra provincia que se benefició de la boyante -aunque ficticia- situación económica de los primeros años de esta década, acumulando éxitos políticos y realizaciones materiales de gran importancia, que parecían compensar el retroceso continuado durante los veinte años anteriores, pero que últimamente acumula una larga serie de reveses que se manifiestan desde la supresión de servicios como los penitenciarios o la reducción de guarniciones militares, a la crisis industrial que ha afectado especialmente a Barbastro, Sabiñánigo y Huesca, a la ralentización de obras fundamentales como las autovías a Lleida y Pamplona o la casi paralización de la modernización del Canfranc, a la pérdida del transporte de mercancías por ferrocarril en la capital, al alza de los imputs de la ganadería y ahora a la pérdida de actividad del aeropuerto Huesca-Pirineos.
Por el contrario, han sido notables algunas actuaciones, tanto del gobierno central como del autonómico pese a que el grueso de inversiones de todo tipo se han destinado a la capital de la Comunidad y no solo por razón de la Expo. Quede como un ejemplo de la utopía del reequilibrio territorial. Sin embargo, Walqa es una realidad tangible, el hospital de Barbastro un modelo avanzado de asistencia sanitaria como los Centros de Fraga y Jaca; el campus universitario de Huesca ha mejorado aunque carezca del segundo ciclo de Medicina; se han perfeccionado las enseñanzas profesionales y la infantil, se ha establecido asistencia sanitaria universal para todos los residentes, se ha multiplicado la asistencia geriátrica y de personas con minusvalía; se ha potenciado y diversificado el turismo; etc.
Un análisis no interesado ni partidista de nuestra realidad nos muestra más luces que sombras, por más que el juicio quede contaminado por la agobiante situación del desempleo y la crisis económica general que, como siempre ha ocurrido, tarda más en manifestarse en nuestra provincia pero también es más lenta la recuperación. Con unos presupuestos recortados y con la inexcusable exigencia de reducir el gasto público (y el privado), pocos son los recursos de los que se puede echar mano para salir de la crisis y retomar la tendencia al desarrollo. Las enseñanzas de las economías domésticas enseñan un camino certero a las administraciones públicas en cuanto al gasto corriente, pero también en cuanto a la aplicación de recursos a las inversiones más útiles y productivas. Las líneas maestras de la campaña electoral deberían atender a esta exigencia, ofreciendo objetivos realizables a corto o medio plazo, aunque no sean espectaculares, aunque no introduzcan a sus autores en la Historia. Francia nos ha dado una lección más con la reciente modernización del ferrocarril entre Pau y Olorón y la inmediata entre esta localidad y Bedous: un ejemplo a seguir en la aplicación racional de los recursos económicos.
León J. Buil Giral
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