León Buil

23/07/2008 - Ibarretxe acata al Constitucional

IBARRETXE ACATA AL CONSTITUCIONAL


Todo lo que está ocurriendo en el País Vasco estaba previsto y descontado y a nadie ha podido causarle sorpresa: el anuncio hace ya algunos meses de una consulta a la sociedad vasca -a las vascas y a los vascos, como le gusta expresar al lehendakari- ,la irrenunciabilidad del proyecto, el derecho a decidir sobre su soberanía, la legalidad y legitimidad de una propuesta amparada por el parlamento vasco con un voto prestado, la protesta de ser una iniciativa razonable, democrática y constitucional... Todo nos suena a un episodio bisado, con la gran diferencia que en este caso no lo ha solicitado el público, sino el ejecutante, que cree dirigir una gran orquesta pero solo cuenta con el metal y la percusión. Y además, desafina.
La prueba de que estamos ante un empeño personal radica en las voces discordantes del PNV, las que se pueden escuchar, porque hay muchas otras que no rebasan el ámbito de las tertulias y cenáculos y que, en cualquier caso, rechazan la oportunidad de la iniciativa.
Pero Ibarretxe tiene otra dimensión del asunto, enraizada en la propia esencia del nacionalismo y con vistas en la próxima convocatoria electoral en Euzkadi. En un proceso continuo de reactivación ideológica nacionalista, ha encontrado un elemento potenciador del victimismo en el rechazo a su iniciativa, ya que en todo lo demás el País Vasco resulta privilegiado en el conjunto de España. Por otra parte, en el caso quimérico de que el Tribunal Constitucional resolviera a favor de la consulta, que se llame así o de cualquier otro modo, es un referéndum que debe ser aprobado por el Gobierno central, su triunfo le daría un lugar destacado en la Historia, con mayúsculas, y le aseguraría la reeleción si optara a ella pese a sus detractores en el partido, que son muchos. Si el Tribunal Constitucional fallara en contra, sumaría a su fuerza nacionalista como dato positivo el rechazo del sistema opresor al "derecho inalienable de los vascos a decidir su futuro". Esta situación podría traducirse en un aumento de votos a la formación jeltzale, pero también podría tener el efecto contrario, porque amparar los objetivos del sector más soberanista del pueblo vasco, incluido ETA y sus adherencias, podría alejar a otra fracción del electorado más partidaria de las soluciones autonomistas constitucionales.
Lo curioso del asunto es que Ibarretxe, al propio tiempo que dirigía sus invectivas contra el gobierno y concretamente contra Rodríguez Zapatero, concedía al Tribunal Constitucional carta de legitimidad y hasta de credibilidad, al solicitar que su resolución se adopte antes del 15 de Septiembre, por lo que no se entiende muy bien su acusación de "ataque directo a nuestra autonomía y supone la suspensión de nuestro autogobierno político..." puesto que remite al Tribunal Constitucional la decisión de tan espinoso asunto.
Afortunadamente en el PNV hay no solo personas sino también grupos poderosos que tienen ideas más luminosas y flexibles. Antes fue Ardanza, después Imaz, ahora Urcullu, todos con el ánimo de profundizar en el autogobierno del pueblo vasco, pero sin urgencias ni tensiones. Se dejan guiar por las encuestas, pero más por su propia sensatez. Los sucesivos envites del lehendakari al gobierno central, no se han traducido en unos mejores resultados electorales y han creado un clima de inquietud que no facilita la cooperación y los buenos resultados. Tiene mucho que conseguir el gobierno vasco, después de despejar la lacra del terrorismo y la coacción, antes de afrontar su futuro que, en todo caso, habrá de contar con el acuerdo muy cualificado de la sociedad y de sus representantes.