01/04/2009 - Economía:El precio de ser originales
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Opinion - León Buil Giral
Economía: El precio de ser originales
30-03-2009 - León Buil Giral
La intervención de la Caja de Castilla la Mancha ha roto en alguna medida la situación de ventaja que se predicaba de nuestro sistema financiero respecto de la existente en los países de nuestro entorno. Es cierto que no estamos ante un caso de insolvencia, sino frente a una situación de falta de liquidez, aunque habrá que revisar los activos de créditos inmobiliarios y valorar su materialidad y reembolso. Pero, a pesar de la escasa entidad de la intervención del Banco de España en comparación con el conjunto de entidades financieras, el episodio tiene un triple efecto que convendrá tener muy en cuenta, para que no se agrave la ya difícil situación de la economía española que, aunque suene áspero, no encontrará a corto plazo su solución en la reunión del G-20, sino tan solo un itinerario largo y dificultoso.
El primer efecto se refiere precisamente a la pérdida de un elemento muy brillante del bagaje que Rodríguez Zapatero iba a llevar a la reunión de esta misma semana, en la que hubiera podido plantear las virtudes de nuestro sistema regulador del sistema financiero junto con las medidas de carácter social adoptadas para hacer más llevadera la crisis, para paliar la acusación de desidia -pese a las advertencias recibidas- en la vigilancia del sector inmobiliario y los atroces destrozos de una política urbanística transferida a las comunidades autónomas sin que el gobierno central ejercitara las pocas competencias residuales que le reservó la Constitución.
La segunda consecuencia es extender entre los ciudadanos la incertidumbre sobre la seguridad de sus ahorros, pese a que se ha vuelto a recordar que el Estado garantiza todos los depósitos en entidades bancarias y financieras hasta la cantidad de cien mil euros y tenerse constancia de que se han llevado con rigor las normas del Banco de España sobre provisiones por posibles fallidos y créditos dudosos. Parece que la intervención de la CCM no ha producido un aumento en la retirada de fondos por parte de los clientes, pero es necesario dar más seguridad sobre nuestro sistema financiero que, si era el elemento original que nos iba a preservar de una crisis profunda, ha mostrado al menos un punto débil que podría repetirse y que, en todo caso, contribuirá a que las entidades financieras restrinjan en aras de la seguridad sus operaciones de préstamo, tanto interbancarios como en operaciones corrientes.
Y queda el aspecto político, quizá el más grave. Ante la situación actual, tanto el partido popular como los medios de comunicación más declaradamente enemigos del actual gobierno socialista, han arreciado su ofensiva contra éste aprovechando los errores cometidos, que los hay y no pequeños, pero echándole la responsabilidad de todo acontecimiento negativo, sea o no debido a su actividad o inactividad. En esto también somos originales, porque en otros países de nuestro entorno se han cargado las culpas sobre los verdaderos responsables y se ha tratado de aunar esfuerzos para superar la crisis. Aquí, no. Aquí parece que Montoso y otros de sus correligionarios se alegran con cada mal dato económico que se conoce. Aquí muchos comentaristas parecen refocilarse con los tropiezos y las dificultades que encuentra el gobierno y, por supuesto, con sus errores. Habrá que preguntarse si se podrían hacer mejor las cosas, y es claro que sí; pero también se podría aprender de nuestros vecinos a no perder da vista que la crisis económica afecta a todos, que es grave y muy dificultosa salir de ella, y que aunque la primera responsabilidad es del gobierno, todos deberían cooperar o al menos no boicotear medidas que aún no han podido dar sus resultados. En esto, mejor sería no ser tan originales y copiar de ejemplos ajenos.